domingo, 7 de junio de 2009

Prólogo

¿Por qué Saturno? ¿Qué significa?

Los mitos y las leyendas se han difundido a lo largo de los siglos únicamente mediante la tradición oral de los pueblos que los originaron. Teniendo en cuenta esto es lógico entender que las narraciones más antiguas, ésas que jamás se escribieron en ningún libro, llegaran a nuestros días presentadas en múltiples formatos y con numerosas variantes. Para cada historia hay infinitas posibilidades, tantas como oídos que escuchen y bocas que cuenten.
La primera definición del Saturno al que remite el título del libro, proviene de una de las decenas de versiones de la historia de este dios. Sí, me veo obligado a admitir que escogí mi versión favorita, así que los que prefieran una distinta están autorizados a insultarme. Pero cortésmente y en voz bajita.

Según la mitología romana, Saturno era el líder de los titanes, una raza de poderosos dioses que precedieron a las famosas deidades olímpicas de la cultura helenística. Luego de casarse con su hermana Rea y ser coronado como rey de los dioses, sus propios padres, Gea y Urano, poseedores del conocimiento del porvenir, profetizaron que Saturno estaba destinado a ser derrocado por uno de sus hijos. Es por esto que Juno, Neptuno, Plutón, Ceres y Vesta, sus primeros cinco descendientes, fueron devorados sin piedad por su progenitor. Rea, temiendo por la vida de su próximo hijo, se escondió en la isla de Creta donde dio a luz a Júpiter. Luego engañó a Saturno dándole una piedra envuelta en pañales que éste tragó enseguida sin desconfiar. Júpiter, recién nacido, fue criado en una cueva por una cabra que lo alimentó con su propia leche. Cuando creció, volvió hambriento de venganza y abrió el estomago de su padre liberando a sus hermanos y, con la ayuda de éstos, derrotó a Saturno, lo encerró en el Tártaro y tomó su lugar en el Olimpo como rey de los dioses.
Saturno pasaría a la historia de los mitos como la divinidad del tiempo y la muerte, de la vejez y la melancolía, de lo seco, divinidad propia de la guerra, el hambre y las catástrofes.
Entendiendo al mito como metáfora, Saturno será aquel que devore las ansias de otro ser no necesariamente inferior antes de que éstas puedan gestarse. El Saturno se convierte en el poseedor de los deseos de un individuo ahora vacío y las ambiciones no podrán ser devueltas hasta que el retador pueda vencerlo solo, encerrándolo y arrebatándole las necesidades previamente hurtadas.
Sin embargo, esta lucha no es tan importante como la propia búsqueda por alcanzar la fuerza necesaria para el enfrentamiento. Y es esta misma búsqueda la que intentaré narrar y explicar a lo largo del libro.
Es que Saturno no es simplemente un conjunto de escrituras arrojadas al azar sobre algunas páginas. Es, más bien, un relato en su conjunto, casi una novela contada en cuarenta y un capítulos que se desarrolla de una forma algo azarosa y bastante casual, aunque ineludiblemente homogénea. Si bien nunca existió la intención de crear una historia lineal que abarque la obra en su conjunto, era inevitable que surgiera este resultado. El libro posee una trama que se desenvuelve por momentos en forma sumamente superficial y en otras ocasiones oculta entre líneas.

Saturno es también el nombre que se le da en la mitología romana a Cronos, dios griego del tiempo (así como Júpiter es Zeus, Venus es Afrodita o Neptuno es Poseidón). El tiempo es tirano, titán, cruel, y su paso afecta nuestras vidas hasta puntos poco comprensibles: el tiempo lo destruye todo pero también lo crea. Este libro es una gran exposición de una época de cambios, transformaciones y, sobre todo, crecimiento. Una muestra del paso del tiempo en un lapso atestado de turbulencias. La temática, el tipo de escritura y los sentidos de las palabras se van transformando a lo largo de las páginas como prueba de los efectos de este tirano.

Una tercera acepción del título nos lleva al segundo planeta más grande de nuestro sistema solar. Saturno es, estéticamente, uno de los más bellos planetas conocidos debido al conjunto de anillos que lo rodean. Su inmensa gravedad (el segundo mayor poder de gravedad de los planetas del sistema solar luego de Júpiter. Nuevamente Zeus vence a Cronos) atrae rocas, hielo y gases que unidos forman estos aros. Un planeta tan poderoso no es bello por sí mismo sino que lo es solamente gracias a los millones de objetos distintos entre sí que lo rodean. El sistema tiene aberturas, espacios de vacío que separan un anillo de otro: debilidades dentro de la propia hermosura y distanciamiento entre los cuerpos que lo envuelven.
Saturno es un mundo de sentidos que lo sitian creando saturaciones de colores, choques y hielo. Una violencia originada en los propios anillos, en sus propias cercanías y a causa de su propia gravedad. Los casos en los que la violencia no se debe al propio poder de Saturno son relativamente pocos. Es un mundo rodeado de deseos de venganza, ambiciones de destruir al ser más poderoso quien, con su gravedad, atrapa a los distintos objetos que están a su alrededor, bloqueando la necesidad de éstos de recorrer con libertad la galaxia. Saturno está ligado a una violencia natural, a crímenes y locuras causados por sus propias características.

Por último, debe aclararse que este libro está inspirado en hechos ocurridos desde finales del año 2004 hasta mediados del año 2006 y fue escrito a lo largo de ese mismo periodo, con lo cual la distancia temporal que podría afectar la reflexión del autor es despreciable. Aunque, por supuesto, otras cuestiones sí podrían afectarla.

Si una frase común dice que a las palabras se las lleva el viento, tan sólo alcanza con dejar escrita nuestra historia, de esta forma nunca nos olvidaremos de nosotros mismos, de lo que fuimos y lo que seremos. Eso es Saturno. Bienvenidos.

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